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.Los ruidos de la noche no impiden que ellos se sientan solos.Únicos.En perfecta armonía.Como si nada más existiesen Paula y Ángel.Ángel y Paula.Como si fueran novios de toda la vida.—Así que has tenido que entrevistar a Katia… —comenta ella, caminando de espaldas unos pasos por delante, sin apartar los ojos de él.Sí.Es realmente guapo.—Eso es.Es muy simpática.—Me encanta su canción.—Y la chica comienza a cantar con su suave voz Ilusionas mi corazón.Ángel sonríe y tararea en su mente el tema.—Además, ella ha sido la que me ha traído en coche.—Me parece bien, Paco.Dos meses sin salir de tu habitación.Paula refunfuña.Sabe que ahora es mejor no decir nada.Mañana pedirá perdón, prometerá que no lo volverá a hacer más y sus padres se olvidarán del castigo.—Y ahora sube a tu cuarto.Y nada de ordenador ni televisión.¡Ni una luz encendida en cinco minutos!La chica no dice nada y sube a su habitación haciendo sonar sus botas a cada paso, en cada escalón.Sabe que sus padres tienen razón.Al menos esta vez sí la tienen.Pero tiene que fingir estar enfadada.Sin embargo, por dentro, en su interior, su corazón está dando saltos de felicidad.No puede dejar de pensar en los labios de Ángel.En su boca.En sus caricias.En cómo, abrazados, le acariciaba el pelo y se estremecía.¿Se estaba enamorando?Paula entra en su habitación y se lanza de cabeza a la cama.Coge a su pequeño león de peluche y lo abraza.—¡Tusi! —grita, achuchando a su compañero de almohada, de sueños, de sueños que ahora empiezan a hacerse realidad.Paula acuesta a Tusi a su lado, se da la vuelta, coloca las manos detrás de la nuca y mira al techo de la habitación.Todo está oscuro.Solo una leve luz baña su habitación: la luz de la noche.Qué sensación tan maravillosa tiene dentro… En ese instante, un leve "toc toc" suena en la puerta.Paula se incorpora y se sienta en la cama.¡Uff, sus padres otra vez!—Pasad.La puerta se abre despacio.No son sus padres: una pequeña figura de larga cabellera rubia y un pijamita de Hello Kitty entra y enciende la luz.—Erica, ¿qué haces despierta?—Solo quería darte las buenas noches.Su hermana pequeña se acerca a la cama, la abraza y le da un beso.—Buenas noches, princesa.—¿Por qué te gritaban papá y mamá? ¿Has hecho algo malo?—Pues… —Paula, no sabe qué contestar a su hermana de cinco años—, sí.—¿Y te han castigado?—Sí.—Paula, ¿por qué tienes esa sonrisa todo en el rato en la boca si te han castigado?Paula suelta una carcajada.—Cuando seas mayor lo comprenderás.Ahora…, ¡a la cama!Erica le da otro beso y sale corriendo de la habitación.La niña no entiende muy bien lo que su hermana mayor le acaba de decir, pero piensa que ojalá sus padres la próxima vez que ella se porte mal le pongan el mismo castigo que a Paula.¡Ella también quiere estar tan feliz como su hermana!En un lugar apartado de la ciudad, esa noche de un día cualquiera de marzo.Fin.Fascinante.Precioso.Encantador.A Álex se le agotan los adjetivos para calificar la novela que acaba de terminar de leer: Perdona si te llamo amor.Escondido bajo la tímida luz del flexo de su habitación cierra el libro y regusta el agridulce sabor del final.Por un lado, se siente satisfecho de haber encontrado una historia así.Por otro, le entristece que no haya más páginas.Niki y Alessandro dejan de existir.En ese momento le viene a la cabeza la chica de la cafetería.A decir verdad, la ha tenido en la cabeza desde que la vio buscando algo en aquella graciosa mochila fucsia de las Supernenas.Es preciosa.Especial.Se ríe al recordar el golpe que se dio contra la mesa.Sus ojos se encontraron bajo la mesa cuando ella se agachaba a recoger el libro.El mismo libro que él estaba leyendo.¿Sería cosa del destino? Una serendipia.Como en aquella película, Serendipity, en la que el destino marca el camino de John Cusack y Kate Beckinsale.Álex se levanta de la cama y va hacia la mesa en la que tiene el ordenador.Lo enciende y rápidamente entra en su MSN en busca de la dirección de la desconocida del Starbucks.Sin embargo, no hay nadie que le haya añadido a su lista de contactos.Mira entonces su correo electrónico.Publicidad y más publicidad, pero ningún e-mail.¿Qué esperaba? ¿Que le iba a agregar? Tal vez a ella hasta le ha molestado el gesto de cambiar los libros.Quizá esa chica se ha reído de él cuando ha visto lo que había escrito en la última página.Seguramente piense que es un idiota.Un idiota iluso.Entonces Álex siente vergüenza de sí mismo, de su acto, de su romanticismo… Pero él es así: no puede evitarlo.El deseo de desahogarse recorre su cuerpo.Sabe qué es lo que necesita.Se acerca a una funda donde guarda su tesoro más valioso.Lo toma y sale de su habitación.Camina por un estrecho pasillo que finaliza en una escalera.Arriba, en el techo, hay una pequeña trampilla.La abre y sube.La noche es estrellada, despejada, con una luna brillante.La ciudad está muy bonita desde esa pequeña ladera donde vive desde hace unos meses.Alejado, pero al mismo tiempo cerca de todo.Siente una ligera brisa fría que penetra en él haciéndole temblar, pero no le importa: merece la pena.El joven apoya su espalda contra la pared y coloca sus labios dulcemente sobre la lengüeta de la boquilla.Agarra con delicadeza aquel cuerpo plateado y comienza a hacerlo sonar.Y durante unos minutos Álex se entrega a su saxofón y a la música.En una zona más céntrica de la ciudad, aproximadamente a la misma hora en la que Álex hace sonar su saxo.Paga al taxista y, con paso firme, entra en su edificio.Sube en ascensor hasta la planta en la que tiene su pequeño apartamento donde, desde hace unas semanas, vive solo.Llega hasta su puerta, abre y entra.Todo lo hace con una sonrisa en la boca.A veces hasta silba feliz aquella canción: Ilusionas mi corazón.Ángel se quita la chaqueta y cuidadosamente la deja en un perchero de la entrada.Está exultante.Todo ha ido perfecto.Demasiado perfecto quizá.Ella es mejor incluso de lo que había imaginado.Si le gustaba antes, ahora… Su corazón late muy deprisa cuando piensa en esa noche mágica.Mira su reloj.Es muy tarde y mañana tiene que madrugar.La realidad nos hace despertar de los sueños.¡Pero no ha sido un sueño! Aquello ha sido real… Paula es real.Ya no es solo la chica invisible que había conquistado un trocito de su corazón: ahora es una persona que pertenece ya a su realidad.Y sabe cómo huele.Sabe cómo siente.Sabe cómo besa.Esta noche soñará con ella, está seguro.Antes tiene que dormirse.Debe hacerlo porque, si no, mañana no rendirá en el trabajo.Sí, a las siete se despertará.Busca el móvil para programar la alarma a esa hora
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