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.¿No hay alguna forma de apelar a tu compasión, aunque hayas jurado que no la tendrás por los hombres? Considera de nuevo a Terra, el tercero de cierta estrella (un diminuto sol amarillo, pequeño guardián de nueve mundos infinitesimales, que brilla endeble y mortecino en la grandiosa Galaxia que yo fijo; Galaxia de enormes soles, demasiados para que incluso yo los pueda contar, cuyos números sólo le son conocidos a Dios).¿Por qué, de todos los miles de millones de planetas en la Creación, eligió Dios nacer en Terra, destello azul vacilante, trémulo, un pequeño punto amoroso, pequeño centelleo inadvertido, entre un torbellino de planetas, cuyo nombre es desconocido por los niños de grandiosos mundos distantes en otros universos? Eso lo has preguntado con furia y enojo muchas miles de veces.No tengo respuesta para ti.Nuestro Padre consagró el suelo de Terra con Su Santa Sangre, la cual Él derramó por ese mundo y por todas sus almas.Eso nunca lo hemos entendido, porque Él nunca lo había hecho.Eligió el más pequeño y débil, el más frágil y humilde, el más insignificante, oscuro y velado, el más crepuscular, el más escondido, trémulo, ilógico e inseguro, frágil y frío, el menos dotado del reflejo de las bellezas del Cielo.En ese punto árido e ignominioso dejó Él Su vida humana en agonía, y eso no sólo te sorprendió a ti, sino también a tus hermanos.Pero sólo tú hiciste preguntas, y te diste la vuelta disgustado, y luego creció tu enojo más allá de lo que hubiera crecido alguna vez.Tú has llevado a incontables mundos a la muerte en el pasado, pero nunca antes te sentiste tan afrentado por ninguno, y nunca habías jurado tan despiadadamente su destrucción, Sus criaturas no eran rival para ti, Lucifer; sin embargo, no tienes piedad.Este mundo naciente ha sido redimido por Dios.¿Han sido redimidos otros mundos también con esa impresionante Redención? Eso sólo lo sabe Nuestro Padre.El tomó en Sus Manos al más débil y eso debe haber sido por la razón más majestuosa, puesto que lo abrazó en Su Seno.¿Pero no dijo: “Los primeros serán los últimos y los últimos los primeros”? Terra es, de entre todos los mundos, el más humilde.Sin embargo El lo redimió y esa redención quizá haya aclarado un poco la sombra del mal en otros mundos y haya alejado la muerte.¡Pero existen tantas miríadas de mundos en donde no han caído tus oscuras alas, cuyos niños conocen el Rostro de Dios y obedecen Sus leyes! ¿Están éstos fuera de tus tentaciones? Esperamos, hermano, por tu bien, que sea así.Ten piedad de Terra.¡Un mundo tan pobremente pequeño para tus magníficos esfuerzos! ¡Una arena tan pequeña para tus poderes! Ay, sin embargo ahí mora el orgullo y el odio también, y estos sentimientos te atraen.El murió en Su carne humana por él y nosotros sabemos que tú no puedes perdonar eso.Aun así, ten piedad.Tu hermano, MIGUEL.SALUDOSa mi hermano Miguel, Arcángel de los Conformistas que no hacen preguntas molestas:¡Siempre te he amado, querido hermano, a pesar de tu simpleza! De nuevo, mientras te escribo, veo tus brillantes ojos azules, tu pelo dorado, tu cuerpo alto y atlético, tus brazos poderosos, tu repentina sonrisa, tus manos fuertes, tus pies firmes y tus anchos hombros.No pienses que me burlo con estas palabras.Las escribo con admiración.Siempre me gustó tu conversación, aunque no fuera notable porque carecía del resto de la especulación y en ocasiones era demasiado solemne.Aun así, muchas veces estabas feliz, y tu risa se oía por todo el Cielo.Pero eres demasiado simple.Una vez más, y perdida ya la cuenta, me has pedido que tenga piedad de Terra, esa miserable mácula de fango congelado que se arrastra pesadamente alrededor de una infeliz estrella enana de color amarillo, en un rincón olvidado de tu propia galaxia.Ha habido momentos en los que he pensado si Nuestro Padre no me habrá atormentado deliberadamente al elegir ese pequeño bocado corrupto como escenario de Su Redención universal.De entre la inconcebible amplitud de Sus miles de millones de mundos El eligió el más aborrecible e insignificante, el más aburrido y opaco, el más estúpido y degenerado.¿Tendrá eso algún significado? ¿Quién conoce Su Mente? Tú también has hecho esa pregunta.Por lo tanto no estoy sumiso y por lo tanto de mi parte no puede haber aceptación, sino incredulidad y afrenta.Incontables otros mundos han pecado y caído bajo mi tutelaje y tentación, hermosos y vastos mundos de cegadores colores y fabulosos panoramas, y ciudades espléndidas pobladas de hombres que al menos podrían reclamar que tienen un parpadeo de inteligencia.Pero Él no eligió uno de ellos.Eligió el más vulgar, el más animal, el más lodoso, el más sucio, el más inarticulado, el menos dotado de poesía y comprensión, el más carente de piedad, de fe y de aprendizaje.Ese asesino de profetas y héroes, ese asesino de Dios Mismo, no merece siquiera que se le llame letrina o escupidero.El se deleita en la inmundicia, en los pecados más abominables e indecibles, ¡ese pequeño y arrogante chirrido en el canto de la Creación! Yo he sentido alguna piedad por otros mundos que han caído, porque tenían cierta gloria y esplendor.Pero con Terra sólo siento repugnancia.Mitad desierto, mitad tormenta, mares medio contaminados, montañas medio erosionadas, ¡la vivienda perfecta para la criatura que se levantó sobre sus piernas posteriores y osó llamarse a sí mismo hombre!Tú también estuviste presente con un ejército de mis hermanos nocaídos cuando Dios fue asesinado por el animal que pretende ser humano.(¡Amado Cielo, una bestia tan inferior!) ¿Recuerdas ese día, Miguel? ¡Ah, jamás podrás olvidarlo! Ni yo.Dirás, como lo has dicho antes, que fue la voluntad de Nuestro Padre, y que Su Hijo nació con esa misma intención de la única criatura no maculada por los pecados despreciables de sus congéneres.Me has dicho que fue una Consumación que Él planeó desde el principio del tiempo.Pero la Consumación fue el hacer del hombre su pecado imperdonable.(En eso tú no estás de acuerdo conmigo, aunque no tienes otra explicación.Vas a decir que no tengo ninguna capacidad de entendimiento, pero siempre fui más sabio que tú, querido hermano.)¿Habrían consumado otros mundos ese crimen supremo, otros mundos que han caído y que ahora ya han desaparecido? Yo creo que no.Estos, aun cuando eran perversos, se hubieran rebelado contra una Consumación tal, incluso si hubieran considerado a Cristo sólo un hombre, ya que eran hombres.No hubieran intentado nunca el asesinato y la destrucción del inocente, a pesar de sus tediosas guerras.Él que se manifiesta puro y bueno jamás ha provocado su odio, como lo provoca interminablemente a los hombres de Terra.Aun cuando los enojara el bueno, ellos reconocían su virtud, y aunque muchas veces lo exiliaron por conveniencia y porque molestaba o interfería con el placer de la vida, no lo torturaron ni lo condenaron a muerte de la manera más infame.Le concedieron honor y lo toleraron porque eran verdaderos hombres, y aceptaban lo que fuera comprensible e irritante.Pero los hombres de Terra no son hombres en realidad, aunque tú negarías eso [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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