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.Recientemente, los Jóvenes habían recibido el apoyo de la Generación de Mediana Edad, que estaban dispuestos a formar parte de una alianza, siempre y cuando los Mayores estuvieran a punto de ser derrotados.Si los Jóvenes conseguían el apoyo de los pocos que quedaban de la Generación de Mediana Edad, los Mayores estarían en inferioridad numérica.Mawat, el líder de los Jóvenes de los Basureros, estaba en esos momentos trabajando para abrir un túnel que les condujera hacia la zona inferior del puerto espacial.Desde allí podrían acceder al puerto abriendo un agujero en el suelo.—Todo lo que necesitamos es hacer las cosas a la hora prevista, y un poco de suerte —dijo Cerasi.Obi-Wan sonrió.—¿Quién, nosotros? No necesitamos suerte.—Todo el mundo necesita la suerte de su lado —refutó Nield.—Nosotros no.Cada uno extendió las manos hacia las de los demás, colocándolas muy cerca unas de otras, pero sin llegar a tocarse.Era un gesto que se habían acostumbrado a hacer antes de las numerosas batallas en las que habían participado durante las últimas semanas.De repente, una chica menuda y delgada entró corriendo en la bóveda.—Mawat dice que tenemos vía libre.—Gracias, Roenni —dijo Obi-Wan mientras se ponía en pie de un salto—.¿Estáis preparados?Roenni asintió y cogió un par de cuchillas láser.—Estoy preparada.A Obi-Wan no le gustaba tener que involucrar de lleno a Roenni en la batalla.Era muy joven y no tenía experiencia luchando, pero su padre había sido mecánico de cazas.Había crecido rodeada de todo tipo de naves.Sabía utilizar las cuchillas láser y sabotear un convertidor de combustible.Además, Obi-Wan consideraba una ventaja el hecho de que fuese pequeña y ágil, pues eso le permitía deslizarse dentro de los cazas a través de la escotilla de carga.Con suerte, podría lograrlo sin que nadie la viera.Obi-Wan, Nield, Cerasi y Roenni corrieron a través de los túneles.Cuando llegaron al pasadizo recién construido, debajo del puerto espacial, comenzaron a moverse con más cuidado.Estaban justo debajo de los guardias.Mawat se acercó a ellos.Su cara delgada estaba completamente cubierta de barro y musgo, y se había desgarrado la ropa.—Nos ha costado más de lo esperado porque hemos tenido que trabajar sin hacer mucho ruido —les comentó en un susurro—.Pero ya está.Desde aquí subiréis directamente hacia donde están los tanques de combustible.Hay tres cazas alineados cerca de ellos.Otros dos están situados cerca de la entrada.Además, hay dos androides y seis guardias, pero no se esperan que aparezcáis desde abajo.Recuerda, padawan, cuando se está en inferioridad numérica, el factor sorpresa es tu mejor aliado.Recordó la voz serena de Qui-Gon, y sus palabras, como un río de agua fría, se entremezclaron con los pensamientos de preocupación de Obi-Wan.El joven sintió remordimiento.Nunca había participado en una operación como aquélla sin su Maestro.Obi-Wan convocó a la Fuerza; la necesitaría en esta batalla, pero la Fuerza, como si fuese una criatura marina que se acerca para luego desaparecer, se deslizó y se alejó de él.No podía retenerla, ni sumergirse en ella.Sólo podía acordarse de su enorme poder.La Fuerza le había abandonado.Abandonarte la Fuerza no puede.Constante ella es.Si encontrarla no puedes, en tu interior y no fuera deberás mirar.Sí, Yoda, pensó Obi-Wan.Debería mirar en mi interior, pero ¿cómo voy a hacerlo en mitad de una batalla?—¿Obi-Wan? —Cerasi le tocó en el hombro—.Vamos, es el momento.Obi-Wan retiró con cuidado a un lado la reja que cubría la entrada de la cueva, alzó a Roenni y, después, subió él mismo.Cerasi subió con facilidad y sin ayuda de nadie gracias a su agilidad innata.Nield ascendió con dificultad, pero sin hacer ni un solo ruido.El grupo se agachó detrás de los tanques de combustible.Los androides, que estaban muy ocupados en repostar los cazas en el menor tiempo posible, no se dieron cuenta de su presencia.Ni tampoco los guardias que, de espaldas a ellos, custodiaban la entrada del puerto espacial.Obi-Wan señaló con la cabeza hacia la primera nave.Roenni se deslizó hacia ella y se introdujo a través de la escotilla de carga.Había sólo cinco cazas y estaban situados en fila.Con un poco de suerte, Roenni los sabotearía con rapidez y de forma sigilosa.El mayor problema sería acercarse a los dos últimos, que estaban situados más cerca de la entrada.y de los guardias [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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